Dependiendo del material a transferir será necesario un papel de sublimación de más alta calidad que otros.
Los de mayor calidad disponen de un recubrimiento formado por una base de silicato con un diseño de rejilla ideado para que el pigmento de la tinta quede fijado en su totalidad en la superficie del papel.
Al aplicar calor sobre este la cantidad de tinta que se transfiere al material es mayor. De este modo no se necesita una alta temperatura ni presión. Estos papeles están indicados para prendas textiles ya este material no soporta altas temperaturas.
Otros tipos de papeles de sublimación cuentan con un recubrimiento con las mismas características pero menos elaborado por lo que la cantidad de transferencia de tinta es menor; así, es necesario utilizar una temperatura más alta, mayor presión y más tiempo. Se utilizan en superficies como piedra, cerámica, metal, cristal, madera u otras superficies resistentes.
Para cada tipo de material es necesario contar con el papel de sublimación adecuado, de ese modo se consigue un resultado final de calidad y se ahorra en energía, tinta y tiempo. También se protegen los materiales delicados evitando que se deterioren y por lo tanto tener que reponerlos.